¿Prepararme para la Paternidad?
Dentro del momento histórico que hoy vivimos, estamos presenciando un giro que vive la humanidad de cara a la llegada de nuevas maneras de convivencia, dentro de una estructura pandémica que ha cambiado nuestras vidas
Estos cambios sociales han tenido lugar paulatinamente a través del tiempo. Cuando miramos hacia atrás de manera global, observamos regímenes de dictadura y opresión. Sistemas autocráticos que han sucumbido, dándole paso a la democracia con la exigencia, de igualdad de derechos.
La familia no se libera de este proceso, pues ella se define como la célula de la sociedad. Ya nuestros viejos patrones de crianza, no se corresponden con las necesidades de nuestros hijos y las repercusiones en su vida emocional. No obstante, hay un sentir generalizado de los padres del “no saber qué hacer” o el “no saber manejar a sus hijos”.
Se comenta mucho, que estamos en un momento en que profesionalmente hay muchas exigencias en cuanto a la preparación de cada individuo para el ejercicio de su función económica. Es tiempo de saber también, que nos aporta enormemente, preparamos para la tarea más importante en nuestras vidas; las crianza de nuestros hijos. Ellos no vienen con manuales de fábricas, ni es uno igual al otro, aun siendo de los mismos padres.
Entonces ¿es factible “educarse”, para ser padres? Si, completamente. Hay un aspecto que se liga a la “Paternidad Responsable”, que no es exclusivamente el sexo seguro o planificado. Además de “Programar” cuando es el mejor momento para tenerlos, es importante cuan preparados estemos para conectar con ellos emocionalmente. La mejor formación para nuestros hijos tiene que ver con una mejor formación de nosotros mismos como padres.
Reza un refrán, que le tememos a lo que no conocemos. A mayor información y capacitación, la crianza de ellos, se torna más fluida y desde una mirada de mayor consciencia.
El prepararse y capacitarse para la responsabilidad que se asumirá, puede hacerse inclusive antes de la concepción de nuestros hijos.
El saber que son deseados y amados, es aún más importante para su desarrollo “en el útero”. Entonces tendríamos que reflexionar como me comentaba un profesor muy cercano a nosotros que “si nuestro deseo es cosechar, tenemos que pensar seriamente en sembrar”.
Esta es una realidad tangible, palpable, vivible…pero sobre todo irreparable cuando nuestros muchachos son hombres y mujeres, y el tiempo se ha ido de nuestras manos… y tal vez, nosotros también. En mi ánimo esta el movilizar en ti, no un sentimiento de culpa, sino ayudarte a buscar las fuerzas y el entusiasmo, para permitir conectar con tus hijos desde tu mejor versión como ser humano.
¡Todos los días hay muchas cosas que puedes aprender si quieres crecer!
